Para individualizar el entrenamiento y que se adapte a nuestro nivel debemos saber cuáles son nuestras zonas o ritmos de entrenamiento, ¿conoces las tuyas?

Introducción
Las zonas o ritmos de entrenamiento representan la intensidad a la que corremos.
Cada una tiene relación con las diferentes demandas fisiológicas que existen a cada ritmo de carrera.
Dentro del entrenamiento de Trail Running (o del deporte de resistencia que sea) si no individualizamos estos ritmos acabaremos entrenando sin sentido.
Es muy habitual ver en internet los planes de entrenamiento de atletas de élite. E igual de habitual es ver cómo muchas personas coger estos planes de entrenamiento e intentan imitarlos.
Normalmente la gente que hace esto tiene un nivel muy bajo y con casi cualquier entrenamiento que hagan van a mejorar, pero sin embargo, le dan el crédito de su mejora a estos planes de entrenamiento.
En etapas iniciales, sólo con practicar trail mejorarás, pero si no incluyes otro tipo de trabajo podrías lesionarte.

Métodos para obtener los ritmos o zonas de entrenamiento
Te presento los 4 métodos más utilizados:

  • Esfuerzo percibido (RPE): las clásicas «sensaciones» medidas en una escala del 1 al 10.
  • Zonas de Frecuencia Cardíaca (Z1-Z5): son teóricas, pero un método eficaz y sencillo para controlar la intensidad. Se obtienen de 3 formas: fórmula teórica, prueba de esfuerzo o test directo.
  • Ritmos de carrera (R0-R6): se basan en la Velocidad Aeróbica Máxima (VAM), bastante fiable, sencillo y muy práctico para la carrera en llano. Se obtiene de 2 formas: prueba de esfuerzo o test Semi-Cooper.
  • Zonas de potencia (Z1-Z7): muy eficaz y aplicable al Trail Running, porque tiene en cuenta los desniveles, pero aun es un método muy joven científicamente hablando. Se puede obtener realizando diversos test con potenciómetro. No entraremos mucho en ello en esta entrada.

 

Vamos uno a uno. En este índice puedes ir de forma rápida al que más te interese.

1. Esfuerzo percibido (RPE)
El más antiguo de todos, uno de los más eficaces y utilizado por deportistas de élite en todo el mundo para controlar muchas de sus sesiones.
Como lo oyes. Se trata de una escala del 1 al 10 (escala de Borg) para determinar el esfuerzo que estamos realizando, donde 1 sería lo más suave y 10 sería un esfuerzo máximo.
Es algo totalmente subjetivo y requiere de cierta experiencia para su uso.
Es un método ancestral de medir la intensidad del entrenamiento y ha demostrado ser un parámetro muy fiable en muchísimos estudios para controlar la carga en los entrenamientos de resistencia.

2. Zonas de Frecuencia Cardíaca (Z1-Z5)
La frecuencia cardíaca es el principal parámetro fisiológico para controlar la intensidad en el entrenamiento de resistencia.
Es importante saber 2 valores:
Frecuencia Cardíaca en Reposo (FCrep)
Frecuencia Cardíaca Máxima (FCmáx)
Sabiendo estos dos valores, puedes obtener tu Frecuencia Cardíaca de Reserva (FCR):
FCR = FCmáx – FCrep
Para obtener tus zonas de frecuencia cardíaca tan sólo debes aplicar una sencilla fórmula:
Zona = FCR x Intensidad (%) + FCrep
Esa intensidad debes marcarla en forma decimal. Un 50% sería 0,5. Dicho esto, cada zona tendría la siguiente intensidad:
Z1 = 50-60% (multiplicaríamos por 0,5 y 0,6).
Z2 = 60-70% (multiplicaríamos por 0,6 y 0,7).
Z3 = 70-80% (multiplicaríamos por 0,7 y 0,8).
Z4 = 80-90% (multiplicaríamos por 0,8 y 0,9).
Z5 = 90-100% (multiplicaríamos por 0,9 y 1).
En los dispositivos Garmin, esta configuración se realiza de forma automática, aunque muchas veces no tiene en cuenta el pulso en reposo, únicamente el pulso máximo o el «umbral de lactato» (que falla más que una escopeta de feria, lógicamente).

3. Ritmos de carrera (R0-R6)
Estas zonas fueron propuestas por Pallarés y Morán-Navarro y se basan en el ritmo de carrera.
Para conocer los ritmos, debemos conocer primero nuestra Velocidad Aeróbica Máxima (VAM).
¿Cómo? Realizando una prueba de esfuerzo o el test Semi-Cooper.
El resultado del test en metros se divide entre 100 y obtendremos la VAM en km/h.
Cuando conoces tu VAM, basta con calcular los porcentajes equivalentes a cada ritmo de entrenamiento. Al resultado del test, basta con multiplicarle el porcentaje en formato decimal para obtener el ritmo:
R0 – Regenerativo = <65% VAM (0,65)
R1 – Umbral aeróbico = 65-75% VAM (0,65 a 0,75)
R2 – Umbral anaeróbico = 75-85% VAM (0,75 a 0,85)
R3 – VO2máx = 90-95% VAM (0,9 a 0,95)
R3+ – VO2máx = 95-100% VAM (0,95 a 1)
R4 – Capacidad anaeróbica = 105-120% VAM (1,05 a 1,2)
R5 – Potencia aneróbica = 120-140% VAM (1,2 a 1,4)
R6 – Potencia anaeróbica aláctica= >160% VAM (1,6)
Su utilidad en el entrenamiento es enorme, ya que permite controlar la intensidad del entrenamiento de carrera en llano para realizar entrenos fraccionados a ritmos muy altos calculando de forma precisa la velocidad, por ejemplo, 10 series de 1′ al 120% de la VAM.
El test Semi-Cooper no tiene misterio: ¡6 minutos corriendo al maximo
Pero esto es en llano. ¿Qué pasa cuando toque subir o bajar? Los ritmos varían para adecuarse al desnivel. Por lo tanto, cuando hagamos trail, tendremos que fijarnos en las zonas de FC, RPE o FTP.

4. Zonas de Potencia (Z1-Z7)
Si antes necesitábamos conocer la VAM, ahora necesitamos conocer el FTP.
FTP son las siglas de «Functional Threshold Power» (Umbral de Potencia Funcional).
Es el método más objetivo a día de hoy en Trail Running, porque tienen en cuenta el desnivel y la técnica. La potencia no entiende de temperatura o deshidratación como las pulsaciones. Si generas 200 vatios son 200 vatios.
Para obtenerlo se requiere un potenciómetro, y con un sencillo test de 20′ podemos obtener las 7 zonas de potencia, para aplicarlas en cualquier terreno, con cualquier desnivel.

Fuente: https://www.sergiosanchez.es/ritmos/

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